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PRENSA

El MERCURIO: “EN LA CALLE GANAMOS NUESTRO PRESTIGIO"

Señaló el General director de Carabineros, José Bernales, tras masivo funeral de prefecto de Ñuble.

Multitudinaria ceremonia fúnebre del oficial asesinado durante un procedimiento, el domingo pasado.
Por Patricio Gómez y Pedro Lazaeta

“Cuando un subalterno no puede resolver un problema, tiene que recurrir al superior directo… cuando éstos son líderes, sabrán actuar, y eso es algo innato al mando”.

Así graficó ayer el general director de Carabineros, José Bernales, la entrega demostrada por el prefecto de Ñuble, Ricardo Arrué Montenegro, asesinado cuando intervenía en un caso policial en la madrugada del domingo.

Tras el masivo funeral del coronel, Bernales recalcó que lo efectuado por Arrué confirma que “Carabineros se gana el prestigio en la calle, no en el escritorio”.

“La gente no se tiene que sorprender que un prefecto estuviera tomando el procedimiento, pues él acudió al llamado de un subalterno, eso es parte del liderazgo. (Arrué) decidió estar ahí y el procedimiento así se hizo”, añadió el general Bernales.

Durante los funerales, la comunidad de Chillán le tributó una masiva despedida a Arrué Montenegro.

La ceremonia religiosa, que se realizó en la catedral, fue encabezada por la subsecretaria de Carabineros, Javiera Blanco, quien representó al Gobierno; el general Bernales y la intendenta de la Octava Región, María Soledad Tohá. El templo fue copado por los asistentes y otros cientos debieron permanecer en las inmediaciones de éste.

Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando la hija del prefecto asesinado, Karen Arrué Harcha, de 20 años, tras leer un pasaje bíblico durante el oficio religioso, entregó unas sentidas palabras de reconocimiento a su padre. La joven, con voz entrecortada, le agradeció su cariño, los sólidos valores morales y de familia que le entregó. Ante su féretro, le señaló que no se preocupara y que descansara en paz, porque ella se ocuparía de cuidar a su madre.

Al terminó del oficio religioso, un cerrado aplauso de los cientos de asistentes al templo fue la expresión de reconocimiento a su entrega.

Con emotivas palabras, el cabo primero Raúl Carriel, del OS-10 de la Prefectura de Ñuble, recordó que trabajó cinco años con él, cuando se desempeñó como comisario de San Carlos. “Tenía cualidades de líder. Era muy profesional, humano, correcto y tenía un gran amor por la institución”. Agregó que era exigente, porque siempre les pedía “dar el ciento por ciento”.

Violencia intrafamiliar
La ministra del Sernam, Laura Albornoz, aclaró que en el caso de Chillán, la mujer había denunciado violencia sicológica de parte del jefe de hogar, configurando la violencia intrafamiliar. Si bien admitió que la muerte del prefecto no es un caso definido en la ley como violencia intrafamiliar, se trata de una víctima de ese tipo de agresiones. “Si el agresor hubiera quedado vivo, a él no lo podríamos haber sancionado por la muerte del carabinero, como ejercicio de violencia. Ahí habría un homicidio en un contexto de violencia intrafamiliar”, dijo.

La abogada de temas de familia Cecilia Mundaca también lo ve como un claro episodio de violencia intrafamiliar, al darse una situación de violencia sicológica aguda unida a una de carácter físico. “Una madre con tres hijos que tiene encima una escopeta está bajo un clima de violencia”. Esto es una espiral -explicó- que parte con un portazo, sigue con un empujón, después se lanza una silla -todo en medio de gritos-, y termina con una cachetada o una golpiza.

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